La crisis económica que hemos vivido y que aún se prolongará algunos meses o años ha provocado que las entidades financieras hayan perdido la liquidez de que disponían y que anden como locos sumar dinero a sus arcas.
Esta es la razón por la que durante los últimos meses leemos en los periódicos financieros acerca de la guerra de los depósitos. Jugosas rentabilidades enfocadas a la captación de capital y que no hacen más que mover el capital de unas entidades a otras.
Pero si lo que buscamos es financiación, es decir, un préstamo para adquirir una nueva vivienda, un coche o salir de un bache temporal, nos encontramos en una situación bastante complicada.
Los bancos no quieren prestar su dinero, y menos aún teniendo en cuenta los recientes problemas derivados de las hipotecas subprime, por lo que aumentan las exigencias con tipos de interés más elevados, comisiones más elevadas, y condiciones de acceso en algunos casos imposibles de cumplir.
Si queremos acceder a un préstamo personal y rápido tendremos que demostrar que podremos devolver el dinero con solvencia, para lo que tendremos que mostrar una nómina solvente y de cierta antigüedad, o un aval que responda por el dinero solicitado.